La pandemia está lejos de legar a su fin y la crisis sanitaria se solapará con la económica. Como todo proceso, se desarrolla por fases y cada una presentará características propias.
Nos acostumbraremos a las mascarillas, se activará una reindustrialización con especial atención a todo lo que suponga fabricar materiales sanitarios y que acentuará la robotización, habrá más estudiantes de ciencias biomédicas y aumentarán las partidas para I+D+I, se desterrará la idea de recortar en Sanidad pública, nos convenceremos de que el sector primario se llama así porque atiende a la satisfacción de necesidades vitales, se debería potenciar el papel de organismos sanitarios internacionales con dirigentes capaces e independientes dotándolos de medios y de poder efectivo en casos extremos.
El desconfinamiento gradual liberará pronto a los jóvenes y las mayores restricciones se impondrán a los mayores (¡vae victis!)