Los del Parlamento Británico y sus vicisitudes en la Cámara con el dichoso Brexit. Cameron hizo el ridículo convocando el referéndum y May lo continúa sin saber cómo gestionar el “sí” triunfante.
Los diputados llevan tiempo ofreciendo un espectáculo impagable: oposición contra gobierno, guerras internas, casi todos contra la jefa del Gobierno. Ni ellos saben con precisión lo que quieren, no fijan una postura con respecto a su salida de la UE. Y ahí andan, enredados y enredando, un día votan Brexit duro y al siguiente, blando.
Son muchos en poco espacio, como sardinas en lata y las apreturas les deben afectar sus facultades mentales y sus actitudes vitales. Ya han perdido su tradicional prestigio. Van a causar daño en Europa sin obtener ningún beneficio.
Deberían aplicarse un ERE y quedar reducidos a la mitad o menos.