PERETAS

Como su propio nombre indica son unas peras pequeñas pero muy sabrosas, incluso más que las sanjuaneras. Maduran entre San Fernando y San Antonio. Se comen fácilmente, con piel, quitándoles la corona como mucho. Son apreciada golosina para los pájaros (¡malditos gorriones!), lo cual obliga a poner una red sobre el árbol o coger las últimas y guardarlas en el frigorífico.
Ya casi no se encuentran en las fruterías y menos en los supermercados.
Otra fruta que hemos abandonado es el albaricoque pequeño y dulce. Y es que, definitivamente, comemos más con la vista que con el sabor. Somos así de torpes.

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