POR FIN

 

Se ha hecho tarde y torpemente pero era una medida necesaria porque los restos de un dictador traidor y golpista, provocador de una feroz guerra civil, no pueden formar parte del patrimonio nacional.

Quédense los nostálgicos soñando con aquella España que consideraban una patria digna y quienes tengan dudas de las atrocidades cometidas durante y, sobre todo, después de la guerra que lean a los historiadores documentados  (v.gr: “El holocausto español” de Paul Preston) y entiendan por qué algunos siguen siendo tan críticos con ese abominable período de nuestra triste Historia.

Ya sólo falta que los familiares de republicanos asesinados en las cunetas puedan recuperar sus restos y enterrarlos dignamente.

Se habrá puesto fin a este tema de una vez por todas.

 

 

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