“El Estado soy yo” decía el rey francés. Ya podía, porque la soberanía popular llegó más tarde. Ahora el secretario navarro dice: “El PSOE soy yo” y si he de aceptar votos de filoetarras, lo haré. Desafortunada expresión de fondo y forma.
No recuerdo haber oído algo así a Ibarra, Chaves o Bono, quienes gobernaron muchos años sus comunidades porque ganaban con mayoría absoluta (no es el caso de D. Roberto).
¿Estos son los nuevos líderes, los que son preferibles sólo porque son más jóvenes?
Qué mala suerte la de Rubalcaba teniendo que dedicar tanto tiempo y energía a desactivar focos de deslealtad (Madrid), indenfinición (Cataluña) o estupidez (Navarra). ¡Así no hay quien pueda!