EL SÍNDROME DURÁN

Vaya por delante que dirigentes como él son hoy más necesarios que nunca; son perfiles conciliadores, capaces de sintetizar a base de lo positivo de unos y otros.
Pero lo de Durán Lleida parece excesivo. Tiene 62 años y lleva 35 ocupando cargos públicos. Ninguneado, desautorizado por los radicales seguidores de Artur Mas dentro de su coalición, se resiste a dimitir y a dejar de vivir en el hotel Palace de Madrid.
Debería aplicarse el consejo del rey: abandonar y permitir el relevo generacional. Sería una salida digna, no estaría obligado a actuar en contra de sus propios criterios y principios.

AUTORRETRATO Y DUDA

Creo que la materia no requiere de un elemento distinto de ella misma para empezar a existir, no tengo sentido de la trascendencia. Pero veo razonable que haya quien recurre a la existencia de un ser extraordinario, inmaterial, para explicar el origen del universo. A partir de ahí me parece igual de respetable creer que no creer y profesar una religión u otra. El espíritu laico es simplemente respetar la libertad de conciencia y pensar que se debe separar lo civil-político de lo religioso.
Opino que el mejor modo de organizar una sociedad es el que acaba en un Estado social y democrático de derecho. Defiendo el Estado de Bienestar porque el mercado nunca garantizaría derechos básicos como la educación o la sanidad. También a la Administración pública le corresponde crear condiciones para una efectiva igualdad de oportunidades, sin anular las diferencias que puedan surgir como fruto de la capacidad y el esfuerzo.
Veo como máximas referencias normativas- jurídicas y éticas- la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos, modificables si fuera necesario pero buscando el mayor grado posible de acuerdo. A la hora de definir cómo se van configurando los poderes legislativo y ejecutivo habrá que afinar con una ley electoral que conecte bien al elector y al elegido y los mantenga en una estrecha relación a lo largo de la legislatura. Para temas importantes e imprevistos se debería convocar un referéndum, que es el mejor modo de dar voz a la soberanía popular.
Estimo que los diversos mercados económicos no deben funcionar libérrimamente, no hay “mano invisible” que los ajuste y pueden causar estragos. El poder político ha de tener alguna posibilidad de intervenir en ese ámbito.
Considero ridículo que alguien diga “soy catalán- o cualquier otro gentilicio- y quiero construir un muro que circunde mis fronteras para oír sólo las campanas de mi aldea”. Eso, después del cosmopolitismo de los estoicos hace 2.300 años o de que Terencio dijera que por ser humano nada de lo humano le era ajeno, resulta irracional, patético.
Tras este apunte telegráfico, la duda me surge al considerar que vivimos una época en la que se busca la certidumbre a través de la simpleza, todo se etiqueta y me pregunto si lo anterior te hace ser de izquierda, derecha o centro. Benditos sean quienes se consideran definidos por una sola palabra y caben en la extensión de un concepto.
Estoy convencido de que con esas referencias se puede delimitar un espacio habitable por un partido político razonable, creíble, solvente, capaz de presentarse ante los ciudadanos para pedirles que se identifiquen con sus proyectos y sus representantes. Lo estoy tanto que llevo más de media vida militando en él pero también creo que si no se corrige el rumbo será tarde y entrará en un proceso de helenización (el “pasok” griego), que lo puede convertir en una fuerza política residual.

LA FUERZA DEL SINO

Para quienes crean en la predestinación ahí va un ejemplo. Un socialista apellidado Iglesias elige el nombre de Pablo para su hijo y, sin saberlo, traza su futuro: izquierdista precoz, alimentado en la teoría académica, campeón de logomaquias, arrogante y mesiánico se considera llamado a grandes tareas en un momento desgraciadamente propicio.
Su capacidad para tomar decisiones serias dependerá de otros y no veo yo a la gente seria de IU dejándose abducir por este fenómeno político-mediático, asambleario y desestructurado. También cabe esperar que las mareas de indignados vayan remitiendo.
El nombre le viene grande, dejemos de deificarlo y que no cunda el pánico.

NUEVOS TIEMPOS

Joseph Pérez, premio príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2014, afirma: “La política ha dejado de ser una vocación que implica convicciones fuertes y se ha transformado en oficio; muchos se hacen políticos como otros se dedican al comercio”.
Sin retrotraernos a Aristóteles con sus sugerentes reflexiones sobre la polis hace 2.400 años, ahora que todo se empobrece, hay que preguntarse por qué la gente valiosa no acude a los partidos para ayudar a quienes ya están dentro y fortalecer la imagen de estas imprescindibles instituciones.
Sólo así frenaríamos este proceso que no parece que vaya a mejorar la situación. ¡Son malos tiempos para la lírica!

MAPA EUROPEO

Una reflexión añadida a los muchos análisis de los resultados del 25 de Mayo. Tomando como referencia los países de la Europa occidental y nórdica- supongo que es un marco deseable- y comparándolos con España se observa que en algunos ha crecido considerablemente la extrema derecha mientras que aquí sigue cobijada en el PP.
En España ha crecido un sector que está a la izquierda de la socialdemocracia, incluso con pinceladas antisistema, cosa que sólo ha ocurrido en Grecia y, con todos los respetos, no quisiera yo avanzar por ese camino. Grecia dio lo mejor de sí misma hace 2.500 años y con esa hermosa herencia es suficiente.

EL REY Y OCCAM

“Si queremos comprender un fenómeno no hay que multiplicar las causas más allá de lo necesario”.
El rey abdica porque cree que así fortalece la Monarquía, convencido de que su hijo encarará mejor desde la Jefatura del Estado los dos o tres grandes retos que nos esperan.
No se resentirá el sistema. Los defensores de la República se han empeñado en reivindicarla del modo más fácil, con simplezas callejeras y demagógicas, sin que se les oiga un solo argumento convincente (y los hay).
Se va con un balance sin duda positivo, aunque incluya errores. No reconocerlo así sería mezquino.