Tremenda palabra cargada de negatividad y dureza; no hay más que recordar aquello de “echar una maldición” a alguien.
Quitando hierro (semántico) al tema, usándola sólo en la acepción de mal-decir, de expresar una opinión desfavorable:
-malditos sean quienes contribuyen a corromper el sistema por atender a su beneficio personal.
-malditos quienes, cabalgando sobre la indignación popular, mixtifican y engañan enredados en sus logomaquias.
-malditos quienes, falseando la Historia, pretenden situaciones de privilegio y tensan la convivencia nacional.
-malditos quienes cometen crímenes atroces en nombre de su Dios.
Malditos sean todos y eternamente lo sean. Ojalá salgan de nuestro campo perceptivo.

Su padre, todo un visionario, elige un nombre adecuado a su apellido y va creando ambiente para que el niño-adolescente se sienta importante.
Ya joven se matricula en la Universidad Complutense, en la facultad de Políticas, donde hay de todo menos seriedad y rigor académico. Tiene profesores y compañeros con los que comparte su vocación revolucionaria; se siente como un profeta bíblico que debe conducir a su pueblo hasta la tierra prometida y de pronto, una gran crisis hace surgir el clima idóneo para que pueda vivir su gran momento.
Es mesiánico, mendaz, camaleónico, verborreico, arrogante…
¿Qué final tendrán reservado los ciudadanos para la película protagonizada por este hombre?

Libby Lane es la primera mujer que ostenta ese rango en la Iglesia anglicana que siempre ha sido más respetuosa y comprensiva que la católica con el papel de la mujer.
Cada día parece más claro que la iglesia de Roma necesita actualizarse.
Dos grandes cambios serían la abolición del celibato sacerdotal y la incorporación de la mujer como un elemento activo, en igualdad de condiciones con el hombre. De no hacerlo, se arriesga a la desaparición por consunción. Es el clásico “renovarse o morir”.
Inaugurar esa nueva etapa es el gran reto del Papa Francisco; si lo logra estará definitivamente en la Historia, marcará un antes y un después.

Soy casi adicto al programa “Pasapalabra” de Tele-5(en realidad es lo único que veo en esa cadena). Si estoy en mi casa a las nueve menos cuarto, estoy viendo el “rosco”.
Habiendo conocido a muchos participantes me llamó la atención uno que se mostraba serio, sin concesiones, ágil, certero, amable con el presentador y el público, con voz grave, tímido y entrañable.
El programa se emite en diferido y resulta que había grabado un especial de Nochevieja pero él murió, inesperadamente, unos días antes. El 31 de Diciembre pudimos verlo- empató con su adversario- y ya sabíamos que había cambiado el círculo del rosco por el de la corona de flores.
Descansa en paz, Tomás.

Se levanta el secreto del sumario, van apareciendo datos muy significativos, los periódicos informan, los ciudadanos se van formando una idea, el cerco se va estrechando.
Los tuyos no te tratan del mismo modo, el saludo es más esquivo, se acaban elogios y adhesiones, empiezan los desmarques motivados por el afán de supervivencia.
Fuera de ese primer círculo se hacen más patentes las distancias y desapegos; para ellos sólo eras útil mientras tenías poder y tus decisiones les afectaban.
Es el momento crucial: si tienes dignidad, debes irte.
Tu caída arrastrará a una buena persona, un técnico que se limitó a ayudar en el diseño de la figura urbanística que pedíais y que fue unánimemente aprobada.

Típico de Diciembre es referirse a los cambios que se han producido a lo largo del año. 2014 arroja un muestrario abundante y significativo:
El rey J. Carlos abdica con dos años de retraso; Felipe VI está gestionando su reinado con eficacia.
Un Papa débil y asustado da paso a otro que pasará a la Historia por ser el más “innovador”.
Botín y Álvarez mueren y son sustituidos del modo previsto por su hija y su sobrino, respectivamente.
Rubalcaba, incapaz de levantar la pesada losa del zapaterismo, dimite; Sánchez sólo es más joven y tal vez el que más se juega en 2015 porque puede ser desplazado de la Secretaría general o presidente de gobierno.

Los dos fenómenos más preocupantes con los que nos enfrentamos a corto plazo son el independentismo catalán y la emergencia de Podemos como alternativa de gobierno.
Ambos presentan fuertes componentes emotivos que los afianzan ante sus adeptos y por ello sólo pueden ser desmontados desde un análisis estrictamente racional, argumentando, o sea, partiendo de premisas que nos permitan extraer conclusiones.
Eso desaparece cuando entran en juego procesos afectivos que crean rechazos, proyecciones, identificaciones, etc.
Los sentimientos- pasiones en su grado extremo- son calientes, subjetivos y dividen. La razón es fría, objetiva y une a las personas.
No los hagamos crecer a base de descalificaciones fáciles, “juicios sumarísimos”; simplemente, analicémoslos y se irán diluyendo.

Es Sagitario pero debería ser Libra, que se define por su carácter mediador, por poner equilibrio entre partes enfrentadas. Lo hacía en Argentina siendo obispo y lo hace ahora que es Papa.

Entre Cuba y USA (con éxito), entre ortodoxos y católicos (probable), entre Israel y Palestina (improbable), entre laicos e islamistas (casi imposible).
Cuando medias, o triunfas y te felicitan o fracasas y te parten la cara por partida doble.

Yo soy Libra pero creo que uno de los indicadores más perdurables del pensamiento arcaico, pre-racional es creer en la carta astral, en la idea de que la fecha de nuestro nacimiento marcará nuestras vidas.

El primero de su reinado, en un marco austero y mencionando desde el principio los temas que lo vertebran: la crisis, la inquietud política y la corrupción.
Sabe que aún hay mucha gente pasándolo mal; que la corrupción ha de ser erradicada porque sólo así se recuperará la confianza entre los ciudadanos y las instituciones; para el problema catalán es suficiente el marco constitucional y un “encauzamiento” de sentimientos desbordados.
Enlaza con el regeneracionismo decimonónico, se muestra optimista con el futuro y pide que aumentemos nuestro grado de autoestima como nación.
Trece minutos muy significativos que podrían definir un marco de actuación política.

El planeta también se transforma, cambia, desde hace 4.500 millones de años. Al principio había un solo bloque de tierra, Pangea, que se fragmentó dando lugar a los continentes.

Geológicamente la deriva continental (A. Wegener) aleja a América de Europa; socioculturalmente se han ido acercando desde 1492 y hoy, en este globalizado mundo, forman parte de eso que se llama Occidente, frente a Asia, África y el mundo islámico.

Falta que Latinoamérica se libere de algunos tics tan inútiles como demagógicos, de incompetentes gobiernos que ni siquiera saben distribuir riqueza y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.

Mientras que la Naturaleza va separando, la Historia va aproximando.