No es agradable criticar duramente a alguien pero si se trata de un político que ocupa un cargo voluntariamente y es multirreincidente los escrúpulos disminuyen.
El caso de la ministra de Sanidad es paradigmático. Ya quedó seriamente tocada cuando se mostró ignorante de lo que pasaba en su casa y afectaba a su marido, implicado en la trama Gürtel.
Ahora, en plena alarma por el caso del Ébola, protagoniza una rueda de prensa surrealista, patética, que se enseñará en la Universidades como ejemplo de anticomunicación.
Al final acabas convertido en una especie de ente inverificable y no se entiende que sigas en la escena pública. Además, el que puede retirarte no lo hace.

Verbal y diarrea mental son los síntomas que muestra Mónica Oriol, presidenta del Círculo de empresarios.
Empezó insultando a los jóvenes en paro y ahora arremete contra la mujer que aspire a tener hijos y la excluye del mercado laboral. Debe pensar que la divina misión de una hembra es tener hijos (ya se sabe: “la mujer con la pierna quebrada y en casa”).Preside un foro de reflexión que promueve el diálogo con las instituciones políticas pero parece ignorar que éstas surgieron en la sociedad para estructurarla, dotarla de estabilidad y no para sembrar confusiones y descalificaciones.
Bien harían los empresarios nombrando otro presidente y los clientes de Seguriber cambiando de empresa.

Por el río Ébola fluyen: – la incompetencia de una ministra esperpéntica;- las típicas chapuzas “made in Spain”;- un pobre perro aceleradamente sacrificado para mostrarnos la eficacia administrativa;- la torpeza de una profesional, no ya por contagiarse sino por su comportamiento tras la muerte del misionero.
Con las tarjetas de CajaMadrid :- se redimen los parias del mundo en restaurantes y tiendas de lujo;- se exhibe en todo su esplendor la codicia humana;- se hace patente la diferencia entre teoría y praxis;- Podemos traza círculos que se van estrechando. Sobre un escenario de ERE, Gürtel, pujolismo, catalanismo,fondos mineros… marchan imparables quienes pretenden cambiar el sistema. ¿Acabaremos dándoles la razón?

Se dice por aquí que “con el tiempo y una caña hasta las verdes caen”. Si miramos las brevas que el presidente ha dejado caer tenemos una relación bastante extensa: Rato (competidor directo), Gallardón (eterno aspirante), Oreja y San Gil( demasiado integristas), Acebes, Cascos, Botella( aznarismo contaminante), Aguirre( siempre incómoda), Camps( bobo de corruptelas)…
Queda la duda de si estamos ante un estratega con su punto de maquiavelismo o es como aquel otro gallego felón y funesto que dividía los problemas entre los que el tiempo soluciona y los que con el tiempo dejan de ser problemas.
La higuera seguirá produciendo, habrá más brevas macocas.

Escribí en Abril que Miguel Blesa había tenido suerte al ser juzgado por Elpidio Silva, un juez paranoide, impertinente y mal instructor que acabaría sentado en el banquillo. Asì fue y se acaba de conocer la sentencia del Tribunal Superior de Madrid que lo condena a 17 años de inhabilitación, lo aparta de la carrera judicial y se hace por prevaricación (el peor delito que puede cometer un juez ya que afecta a la esencia misma de su función).
No era difícil acertar, hay cosas que se ven venir. Ahora toca esperar que sienten a Blesa ante jueces serios, o sea, normales. Hoy tienen motivos añadidos para emitir una sentencia justa.

A propósito del escandaloso asunto de las tarjetas de CajaMadrid ha surgido un episodio que tiene cierto interés. Se trata de la posible implicación de Virgilio Zapatero que fue vicepresidente de la Caja.
Él dice que nunca ha tenido una de esas tarjetas y yo lo creo porque lo conozco y es la viva encarnación de la prudencia, la sabiduría y la honradez.
Desde el PSOE lo han criticado y también creo que sus jóvenes (parece un título, un requisito) dirigentes se precipitan, se muestran irreflexivos en algunos planteamientos y no deberían cargar contra la “vieja guardia” como hizo el otro Zapatero. Y así dejó al partido.

Hay muchas expresiones populares para indicar el error que supone negar la evidencia, resistirse a admitir la verdad cuando nos incomoda.
La frase bíblica de la paja y la viga, esconder la cabeza como un avestruz, no hay peor ciego que el que no quiere ver, etc. Traducido a la actualidad:
En el PP no quieren saber nada de la trama gürtel. En el PSOE andaluz se ignora lo que es un ERE. CIU no sabe cómo se calcula el 3% de una cantidad. Los grandes sindicatos nunca han hecho cursos de formación.
Lo que sí saben todos es culparse mutuamente. Los ciudadanos se indignan, los antisistema engordan y… ¡ así nos va!.

Jóvenes occidentales acuden a la llamada del terrorismo islámico alimentándolo. Lo preocupante es pensar que existe un caldo de cultivo que posibilita la aparición de conductas tan radicales. Un pobre desgraciado al que ofrecen un fusil y la ocasión de matar proyecta su frustración y su ira asesinando inocentes.
Salvando las distancias, es lo que ocurre con nuestros movimientos antisistema; atraen a quienes desean castigar al actual gobierno y a los partidos que han gobernado, a quienes se rebelan contra el propio sistema.
Habría que emplearse a fondo en buscar el antídoto contra estos nuevos tóxicos porque nos va mucho en ello.

Se consideraba social-liberal; hizo suya la frase de Prieto: “Soy socialista a fuer de liberal”; provenía de la tradición de Izquierda Republicana, del reformismo de la Institución Libre de Enseñanza y su laicismo; luchó por la democracia antes que otros que luego lo criticarían.
Fue un economista ortodoxo en su época de gobierno. Devaluó la peseta, liberalizó horarios y flexibilizó los arrendamientos, expropió la vergüenza de Rumasa, etc ;en definitiva, ayudó a que se sostuviera el primer gobierno de Felipe González y se sentaran las bases de los éxitos posteriores.
Tal vez luego siguió un camino errático pero fue una mente brillante y merece un hueco en la historia reciente de España. Descansará en paz.

Así declaró Pujol ante el parlamento catalán según una corresponsal de la Cuatro (informativo del Sábado, 27), como si lo hubiese hecho al aire libre.
En realidad, lo hizo de un modo agresivo, con ira. La periodista confunde “airado” con “aireado” y no es consciente de ello. En otra ocasión, alguien “intimidó” en vez de “intimar”.
Entre esos gazapos y su prosodia: el modo en que acentúan, hacen pausas, etc, son un ejemplo bastante deficiente para la audiencia- que son millones de personas- y podrían tener más cuidado.
Yendo al fondo del tema, Pujol ya parece el abuelo cascarrabias, un patético bufón al que esperemos que los jueces pongan en su sitio.