NOS FALTA FE

 

Cantaban Juan y Junior en la década de los sesenta. Ahora parece que esa pérdida de fé se vive entre los aspirantes a sacerdote católico cuyo número disminuye considerablemente durante los últimos años. Una crisis vocacional que es paralela al descenso del conjunto de practicantes y a lo lejano y confuso del rol sacerdotal.

Seguramente esos datos harán que la autoridades eclesiásticas se replanteen temas y quieran cambios.

La gran reforma de la Iglesia católica pasará por la incorporación de la mujer en condiciones de igualdad con el hombre. Luego, en un Estado laico, que quienes profesan el sacerdocio resulten útiles para los creyentes como guía-psicólogo-orientador, sin inmiscuirse en otros temas ni desbordar su función.

 

 

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