Tenemos una vicepresidenta que no nos merecemos. Carmen Calvo salió del Ministerio de Cultura tras una gestión poco brillante. Se atrincheró en el partido, en Andalucía, mostrándose critica con Susana Díaz. Las primarias del PSOE fueron su gran oportunidad porque apoyó a Sánchez que, agradecido, la nombraría vicepresidenta de su guardia pretoriana de mujeres con las que se siente tan cómodo.
La verdad es que no resuelve con éxito sus temas. Su intento de “diálogo catalán” fue un fiasco, incluido el ridículo del “relator”. Y más sonado es el de la exhumación de Franco, donde no da pie con bola, proporciona argumentos a la familia del dictador y crispa al Vaticano con sus mentiras.
Ahora un nuncio impertinente y desbordado ha propiciado su reacción airada, rabiosa, amenazando a la Iglesia. Con eso y su feminismo gramatical hace populismo y alimenta a cierta izquierda.
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Si queréis entrar en mi reino y compartir las mieles del poder habréis de venir, humildes, postraros ante mí y defender vuestros méritos.
La lógica política dice que tendría que ser yo quien se dirigiera a vosotros para explicar mis planes y pedir apoyo o neutralidad; pero yo estoy por encima de la lógica, no me atengo a esas servidumbres.
Si albergáis alguna duda no tenéis más que consultar el oráculo del CIS, ese organismo público tan objetivo, y ver cómo crecen la intención de voto hacia mi partido y la valoración de mi persona.
Con ese estado de autocomplacencia no es extraño que Pedro Sánchez acaricie la posibilidad de repetir elecciones (los 300 millones y la parálisis administrativa poco importan). Aunque lo más probable es que acabe formando el gobierno que nos tememos.
Otra de las excentricidades del presidente norteamericano es el papel que asigna a su hija Ivanka. La ha convertido en el miembro más estable de su equipo porque los demás le duran poco (ningún presidente ha hecho nunca tantos cambios en tan poco tiempo).
La hija aparece en los foros políticos más importantes, nacionales o internacionales, se codea con presidentes de gobierno y jefes de Estado sin que se sepa bien cuál es su función.
La última gira de papá la ha llevado a la cumbre del G-20 en Japón y a una entrevista histórica con el dictador norcoreano.
No se limita a posar, participa en las conversaciones causando sorpresa en sus interlocutores que ponen cara de circunstancia y aguantan el antojo de su cretino padre y el poco respeto institucional.
Cs sigue en su particular laberinto sin un Dédalo que los guíe. Es un partido que necesita asentarse, definirse con más claridad y que sus militantes y/o votantes sepan a qué atenerse.
Ahora, en este zoco de los pactos electorales, todos viven sus propias contradicciones pero a ellos les están pasando la factura más grave. Varios militantes de alto nivel abandonan, cada cual a su estilo. Roldán y Vázquez dejan cargos orgánicos y escaño público. En cambio, Nart se va de la Comisión Ejecutiva pero mantiene su sillón en Estrasburgo por el que cobra un sueldo muy sustancioso; allí seguirá: dinámico, con afán de protagonismo, controvertido, como siempre.
No le será fácil a Cs abandonar ese espacio hamletiano, de duda perpetua, por la centralidad que pregona y por la fragmentación partidista de nuestro panorama político.
Que los expresidentes son como los jarrones chinos (algo valioso que no sabemos donde meter) no va con Zapatero. Vale poco y sabe donde se mete. Tiene la rara habilidad de elegir temas que generan el repudio de la mayoría de los ciudadanos.
Apoya en Venezuela a un dirigente tan demócrata y honrado como Maduro. Hemos sabido de contactos con ETA que parecen poco acertados. Y, no contento con eso, se pronuncia en favor de una sentencia suave y un posterior indulto para los separatistas catalanes. Debe ser por la mala conciencia que lo acompaña desde que, siendo presidente en 2003, activó la bomba catalana al decir que aceptaría el Estatuto que aprobara el Parlamento catalán.
Cuesta creer que su conducta sea sólo la propia de un bobo simplón; mas bien parece que lo usan para ir allanando el camino a otros.
Es un personaje tan singular que agotaría los calificativos negativos del diccionario. Yo elijo algunos y los agrupo en tríos por orden alfabético:
Abyecto-arrogante-amoral/bestial-botarate-bravucón/chabacano-chantajista-chulo/dañino-delirante-despótico/efectista-espurio-estomagante/fanfarrón-farsante-furibundo/gamberro-ganso-grosero/incompetente-ineducado-irresponsable/maleducado-matón-mentiroso/ primario-procaz-putero/rapaz-resentido-rijoso/sandio-soez-superficial/terco-tiránico-torpe/vanidoso-veleta-visceral/zafio-zascandil-zote, etc.
Me parece que son todos los que están aunque no estén todos los que son. Deberían difundirse públicamente con el fin de que los votantes sean conscientes de lo que pretenden mantener en 2020 desde la América profunda con la ayuda de unos demócratas muy fragmentados.
La Ciencia no proclama verdades absolutas, admite el principio de falsabilidad en sus enunciados. Pero gracias a ella tenemos un conocimiento sobre la naturaleza o el ser humano cada vez más preciso.
Curiosamente crece el número de individuos que ponen en cuestión o niegan directamente algunos temas probados y poco discutibles.
A muchos no les convence que la Tierra sea redonda, se sienten más seguros pisando una Tierra plana. Un número mayor niega que haya existido transformación en las especies, Dios las creó tal y como hoy las vemos; son los fixistas que se oponen al Evolucionismo. Hay quien niega el cambio climático como consecuencia de los gases de efecto invernadero. Más daño hacen quienes “curan” enfermedades graves tomando pócimas caseras.
Estos movimientos anidan frecuentemente en USA. Sus preclaros partidarios se unirán para votar a Trump en 2020.
La excesiva fragmentación ha provocado un mercadeo que tiene poco de ejemplar y no contribuye a prestigiar la actividad política.
Tras muchos movimientos erráticos ha surgido un hecho curioso que, por otro lado, resulta lógico. VOX y Podemos se consideran maltratados y se plantan, resultan necesarios pero son despreciados; ante ese panorama dicen que harán oposición y así respetan mejor la voluntad de sus votantes. A la derecha del PP y a la izquierda del PSOE crece la rebeldía, la resistencia al pacto.
Seguramente es sólo una pose, un amago, se sienten émulos de Trump y adoptan su estrategia de negociar con amenazas.
Con todo, no logro entender que esto sea una superación del bipartidismo, que alguien se sienta así mejor representado o perciba que su voto está siendo más útil.
Es el modo más profundo de referirse al hombre porque sobre esa condición se construye su naturaleza de humano. Los demás animales nacen con la conducta programada en sus genes y actuarán siguiendo un instinto.
Por el contrario, nosotros gozamos de una libertad radical, innata; somos algo abierto, un proyecto que deberá concretarse. Decía Sartre que “estamos condenados a ser libres”.
Este hecho nos convierte en seres racionales (hemos de pensar para hallar las respuestas), libres (podemos optar), sociales (aislados no sobreviviríamos) y morales (nuestras decisiones se ajustan a una norma y son buenas o malas, correctas o incorrectas)
A veces tiene uno la duda de si estamos empleando adecuadamente estos rasgos o malgastándolos.
Tendríamos que partir de la base de que cada euro público es sagrado porque sale del bolsillo del contribuyente.
Por otro lado, está bien que la Administración, desde sus diferentes niveles, conceda subvenciones.
Pero hay que extremar las precauciones para garantizar que ese dinero, nuestro dinero, sólo se destine a organizaciones o instituciones que lo merezcan, que persigan un auténtico interés social y muestren una probada honradez.
La noticia es que un organismo competente e independiente como es la AIREF alerta sobre la falta de coordinación y comprobación que afecta a 14.000 millones anuales que se conceden en España. Es una cantidad tan respetable que exige la adopción de medidas prontas y eficaces de tal modo que nadie pueda pensar que parte de ella se dedique a fortalecer estructuras de partido o al clientelismo político.
El Blog pretende ser un espacio abierto a la reflexión interactiva, propiciar un intercambio de puntos de vista, de valoraciones. La temática es abierta, pluridisciplinar y combina microartículos (en torno a 100 palabras) con otros más extensos.