ÚLTIMA PARIDA

 

La ministra Montero, la más roja de las dos, la de la casta y la urbanización de lujo, ya ha captado la enseñanza esencial de la crisis sanitaria, ha notado que se habla de médicos (en masculino) y enfermeras (en femenino) lo cual le parece profundamente injusto, herencia del heteropatriarcado, casi crimen de lesa igualdad.

Pondrá a trabajar a esa legión de paniaguadas secretarias, directoras y asesoras que paga con nuestros impuestos para subsanar ese desaguisado. De paso, les encargará que vayan trabajando, o sea, haciendo declaraciones y pancartas para que no se hable de “la crisis” en femenino porque se crea una asociación negativa, que se vaya difundiendo “el crisis”.

Y así, poco a poco, cumple su trascendental función; nos pedirá paciencia porque la revolución no se hace en un día y la hipoteca es cuantiosa, requiere tiempo.

 

 

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