Extraña situación la de Venezuela. Últimamente se ha llegado a una especie de punto muerto del que no parece fácil salir.
Guaidó arrancó con fuerza, denunció la situación insoportable, consiguió el apoyo de la mayoría de los países democráticos y, sobre todo, de USA.
Pero Maduro reaccionó como un animal acorralado, vociferante y amenazador, y logró la “comprensión” de Rusia y China que defienden sus propios intereses.
Lo lógico sería buscar acomodo en Cuba para el dictador y sus corruptos generales, dejar que disfruten de sus depósitos bancarios, fruto de la rapiña y el narcotráfico. Tras un tiempo prudencial, convocar elecciones y solidaridad internacional para rescatar al pueblo venezolano de la pobreza en que lo han sumido.
Por cierto, algún día conoceremos los “intereses” que han llevado a Zapatero a jugar su extraño papel.
Santiago Abascal se sintió obligado a llevar pistola porque él y su familia estaban amenazados de muerte por ETA. Me parece un sentimiento respetable; pero de ahí a legalizar la venta de armas existe un trecho que no se debería recorrer, por más que siempre podemos imaginar alguna situación extrema que justifique una defensa armada.
Se deja llevar por un mecanismo de proyección (atribuir a los demás rasgos propios) y generaliza indebidamente.
Existe demasiada violencia en nuestra sociedad, en las calles y en los hogares y si dejáramos que se canalice a través de los 9mm Parabellum crecería considerablemente el número de víctimas mortales.
Nuestra “cuota armamentística”está cubierta con aquellas que se permiten para la caza y las que se autorizan con licencia especial.
Un poco de reflexión, Sr. Abascal, en sus fogosas propuestas electorales.
Inesperado y absurdo el anacronismo del presidente mexicano criticando a España por ataques contra su población indígena hace 500 años.
De López Obrador se esperaba que se enfrentara a la desigualdad, la violencia y el narcotráfico que imperan en su país. O no se ve capaz de afrontarlo o está muy influido por su mujer (o ambas cosas) cuando tiene que recurrir a perogrulladas populistas que, además, son falsas.
La “Conquista” española resiste perfectamente la comparación con cualesquiera otros procesos de ocupación que en el mundo han sido.
Aquí, sus cuates podemitas, progres de salón, le hacen el coro y exigen al Rey de España que pida perdón. Deberían leer el magnífico y exhaustivo ensayo de Mª Elvira Roca (ojalá le concedan el “Princesa de Asturias”) y permanecer callados.
También es anacrónico seguir propagando la leyenda negra frívolamente.
Desgraciadamente Puigdemont y Torra siguen dando motivos para que nos ocupemos de ellos.
Analizadas todas sus estupideces y provocaciones, la cuestión de fondo es entender cómo su comportamiento es aceptado por la mitad de los catalanes. Se entiende en la CUP, antisistema y vividores del process; pero siguen siendo muchos los supuestamente normales, los que formaban aquella Cataluña moderna, próspera, culta, del seny… ¿Cómo se pueden sentir representados por esta pareja de botarates majaderos?
Sus expresiones faciales ya apuntan cinismo, mentira y cierta idiocia mental. Se habla de inhabilitarlos judicialmente pero sería más razonable incapacitarlos psicológicamente, diagnosticar sus trastorno mental y emocional.
Lo de Torra es tan pueril que parece el travieso Joaquinito burlándose del gobierno con sus símbolos, y de paso pone en evidencia la talla política del presidente.
Los partidos políticos son cada vez más endogámicos. No se alimentan de gente relevante y con prestigio que provenga de fuera y cuando llegan unas elecciones vuelcan sus esfuerzos en lograr candidaturas (los programas no los lee nadie) que incorporen personas con amplia proyección pública en diferentes ámbitos: culturales, deportivos o periodísticos.
La operación tiene riesgos porque pueden “colarse” personajes con episodios dudosos en su vida y porque supone una frustración para los disciplinados militantes que esperaban su oportunidad y se ven postergados.
Ahora vivimos uno de esos momentos (por unas elecciones a las que no se debió llegar de este modo) y no debería comportar una degradación del nivel actual, que ya es bastante bajo. Esperemos que acierten con el casting los seleccionadores y no se acabe banalizando excesivamente la actividad política.
Los del Parlamento Británico y sus vicisitudes en la Cámara con el dichoso Brexit. Cameron hizo el ridículo convocando el referéndum y May lo continúa sin saber cómo gestionar el “sí” triunfante.
Los diputados llevan tiempo ofreciendo un espectáculo impagable: oposición contra gobierno, guerras internas, casi todos contra la jefa del Gobierno. Ni ellos saben con precisión lo que quieren, no fijan una postura con respecto a su salida de la UE. Y ahí andan, enredados y enredando, un día votan Brexit duro y al siguiente, blando.
Son muchos en poco espacio, como sardinas en lata y las apreturas les deben afectar sus facultades mentales y sus actitudes vitales. Ya han perdido su tradicional prestigio. Van a causar daño en Europa sin obtener ningún beneficio.
Deberían aplicarse un ERE y quedar reducidos a la mitad o menos.
Después del ridículo hecho con ese elocuente cartel en el que anuncia su regreso porque es el único capaz de recomponer la ruptura de Podemos, Pablo Iglesias se dispone a culminarlo con el acto público en el que hará su reaparición. Quiere completar aforo y ha ordenado que salgan autobuses de toda España pagados por el partido, bocadillo incluido.
Aunque sea joven seguro que sabe que era una práctica franquista cuando el dictador necesitaba un baño de multitudes.
Pero no le importa reproducirla; Franco en la Plaza de Oriente, Iglesias en la del Reina Sofía.
Parece el comportamiento de un megalómano que vive instalado en el principio del placer y no en el de la realidad (según nos explicó Freud).
Si este hombre sigue por este camino acabará convirtiéndose en algo anecdótico y humorístico.
En pleno casting electoral los partidos nos sorprenden con sus últimas adquisiciones. En algunos casos deberían formar severos tribunales que los examinaran antes de hacer su debut.
Tres ejemplos: VOX presenta en Albacete a un señor impresentable que debe estar en el ala más radical; es historiador y esperemos que nunca se enseñe historia con sus libros.
La número uno del PP por Barcelona ataca al independentismo comparándolo con el 23-F del 81, afirmando que Tejero y los tanques de Miláns eran menos peligrosos (hace una proyección inconsciente, quiere decir que ella y su familia no habrían corrido peligro si triunfaba el golpe).
El número dos De Cs por Madrid pudo ser un buen directivo de CocaCola pero sus declaraciones lo retratan como persona poco inteligente y alejada del perfil liberal de Rivera o Arrimadas.
Llegan las elecciones y es tiempo de listas, de elaborar candidaturas que serán cerradas y bloqueadas, del partido.
Toca zafarrancho de limpieza, entran en acción los Kellys (los que limpian) y lo han hecho sin contemplaciones ni miramientos, obedeciendo la voluntad de sus amos.
Los líderes de los partidos mayoritarios, PP y PSOE, se están empleando a fondo, laminan a todo el que estuviera cerca de sus adversarias en las primarias, ejercen una variante de violencia de género. Uno va contra los apoyos de Susana y el otro a por los de Soraya.
El papel estelar lo ha protagonizado Pedro Sánchez que ha visto el momento de culminar una venganza que llevaba rumiando hace años; ahora premia lealtades perrunas de gente irrelevante que nada aportará al partido ni al Parlamento. Pero eso para él es secundario.
Hay acontecimientos que te hacen revisar convicciones profundas y puede que, con el paso del tiempo, te las modifiquen.
Un ejemplo-desgraciadamente frecuente- es el de quienes cometen asesinatos múltiples y preguntarnos cuál debe ser su destino, cómo deben ser tratados.
Ahí tenemos a dos neonazis que se felicitan entre sí y se jactan de sus “hazañas”: el noruego masacró a jóvenes socialistas y el australiano lo ha hecho con islamistas que rezaban.
¿De verdad deben seguir vivos estos monstruos no humanos o muchos años en la cárcel a costa de los impuestos públicos, incluidos los de sus víctimas?
Tal vez fuera más justo, desde cualquier punto de vista, hacer que desaparezcan. Seguro que nadie los echaba de menos y una sociedad es más sana y tranquila sin estos individuos.
El Blog pretende ser un espacio abierto a la reflexión interactiva, propiciar un intercambio de puntos de vista, de valoraciones. La temática es abierta, pluridisciplinar y combina microartículos (en torno a 100 palabras) con otros más extensos.