HISTORIA MOLDEABLE

 

Volvemos a cometer el “pecado” histórico de juzgar y valorar hechos del pasado con la mentalidad del presente. No es válido porque no cumplimos con la obligación de considerar el contexto en el que algo sucede, pero lo ignoramos sistemáticamente y de vez en cuando surgen movimientos iracundos que arrasan con el pasado sin miramientos. Es el caso de la oleada antirracista nacida a raíz del asesinato policial (uno más) de George Floyd.

Por supuesto que algunos personajes deben ser reinterpretados; lo que ocurre es que ya está hecho y han pagado el peaje que exige la Historia. Ningún exceso es bueno y parece tan estúpido retirar una película clásica como comparar a Colón con Hitler o Stalin.

A ver si un día tenemos brote antirreligioso y hay que cambiar de nombre a las ciudades “con santo”. En California habría faena y en España vaciábamos el mapa.

 

 

MONÁRQUICOS

 

Don Pablo y Doña Irene, Señores de Galapagar, deberían revisar su acendrado republicanismo y se darían cuenta de que en el fondo son monárquicos: viven “a cuerpo de rey” y tiran con “pólvora de rey”, expresiones populares muy significativas.

Lo hacen con dinero público y lo hacen cuando cada euro debe ser sagrado, gastado con sentido y eficacia porque el PIB cae estrepitosamente y las necesidades aumentan para muchos españoles que apenas podrán satisfacerlas.

La joven e irreflexiva ministra paga desde su ministerio 120.000 euros por cambiar el color de unas letras. Ella es feliz en su nube y con su pancarta, nombrando asesores por doquier; pero nos sale muy cara a los españoles. Su residencial mansión está protegida por treinta guardias civiles para que nada pueda alterar su inmerecido descanso. ¿No es un exceso de servilismo por parte del mendaz Marlaska?

 

 

8-M: EL EPICENTRO

 

La significación del 8-M en la pandemia ya quedará para siempre enredada en el rifirrafe partidista.

No era fácil prever la malignidad del virus, aunque a principios de Marzo había datos para adoptar medidas más restrictivas; de hecho se habían cancelado importantes reuniones. Pero aquella celebración era imparable. Todo el gobierno implicado, ministras compitiendo entre sí para ver quien era más feminista, las pancartas preparadas, los atuendos, los cánticos y los saltitos. Todo el que aspirara a algo tenía que dejarse ver por allí. Para justificarla hubo que mantener otras que servían como coartada.

Sólo hay que usar el sentido común y contar los días que van desde el contagio a los síntomas para sacar conclusiones.

Ahora cualquier cretino/a te tilda de retrógrado si criticas aquella pueril manifestación. El largo camino que queda por recorrer en la lucha por el feminismo se acortaría si lo realizaran personas sensatas.

 

 

OTRO GOLPISTA

 

El minigobierno comunista que Sánchez acepta y ampara está demostrando ser un dechado de perfecciones al que los españoles nunca estaremos suficientemente agradecidos.

Dentro de él uno de los más inútiles (no me atrevo a decir el que más) es el joven revolucionario republicano Garzón, el enterrador de IU que cobró su traición con un ministerio creado para él y con escaso contenido.

Como tiene poco trabajo se dedica a hacer declaraciones acerca de temas que son competencia de otros ministerios. Primero se despachó con una sarta increíble de barbaridades sobre el turismo criticadas de forma contundente y unánime por el sector. Ahora, para congraciarse con el amo, dice tener la certeza de que se está gestando un golpe de Estado. Todo el mundo da golpes, excepto ellos que trabajan poco.

Este es el Gobierno al que no puedes criticar sin incurrir en la condición de fascista.

 

 

LO TIENE CLARO

 

El rojo por antonomasia, profesional de la provocación, está ofendido porque le han recordado el pasado revolucionario de su padre y ve golpes de Estado por todas partes; como si su labor no fuese la de golpear continuamente al Estado.

Tiene toda una hoja de ruta y la sigue, especialmente desde que dirige un minigobierno neocomunista y usa como brazo ejecutor a Pedro Sánchez que está a su merced porque para colmar su ambición depende de los diputados de Podemos.

Su gran sueño sería proclamar una República Federal con el Estado adelgazado en favor de las CCAA, un débil aparato productivo con predominio del sector público, abundantes nacionalizaciones, impuestos confiscatorios, el caramelo de la renta básica, etc.

Lo suyo no es el golpe militar sino la erosión continua que acaba con la democracia. Esa es su función y conoce muy bien un modelo en el que participó activamente.

 

 

TODOS MIENTEN

 

Un gobierno es un grupo humano en el que por diversas razones puede surgir un miembro que mienta. Tendría que ser entonces el presidente quien, con su autoridad y rectitud moral, cortara de cuajo dicho comportamiento cesando al ministro.

Pero eso no es posible cuando quien está al frente del Ejecutivo es el mayor mentiroso: miente sobre su vida y obra, miente continuamente a los españoles por acción u omisión y se miente a sí mismo cuando cree que dirige bien su partido.

El copresidente que se ha buscado no le anda a la zaga, ya nació como fruto de la falsedad y la demagogia A partir de ahí van surgiendo casos de ministros que mienten “ostentóreamente” y nadie se inmuta. El gobierno que miente unido permanece unido.

Y no podemos consolarnos porque, en último término, somos nosotros quienes los hacemos posibles.

 

 

INVESTIGADO

 

Tristísimo epílogo de lo que fue un buen reinado para España. El rey Juan Carlos I va a ser investigado por la Fiscalía del Supremo en relación con posibles corruptelas.

Debió recordar antecedentes históricos y fantasear con una posible caída de la Monarquía. Encontró la mejor vacuna en cuentas opacas que garantizaran su futuro y el de los suyos. El “donante” tenía que ser Arabia Saudí, de abundantes recursos, estrechas relaciones y contactos empresariales.

Una comisionista pretenciosa y licenciosa hace estallar el caso    y  lo pone frente a las cuerdas.

Al final sus puntos débiles han sido los del común de la gente: el sexo y el dinero o, dicho en su tono campechano: la bragueta y la cartera.

Ocurre esto cuando más enemigos tiene la Monarquía y menos lo merece habida cuenta del buen hacer y saber estar de Felipe VI. Algunos no caben en sí de puro gozo. Otros lo lamentamos.

 

 

INSOPORTABLE

 

La capacidad de Trump para sorprendernos es inagotable. Su reacción frente al último asesinato policial a un negro es increíble; critica a la víctima, elogia al asesino y casi parece lamentar no haber sido él quien clavó su rodilla en el cuello de George Floyd; incendia las calles y amenaza con el ejército.

Ha sido reprobado por cuatro expresidentes, desobedecido por el jefe del Pentágono, abandonado por algunos altos cargos y calificado como despreciable por el candidato demócrata. No lo soporta ni su mujer, que tiene que hacerlo porque figura en el contrato. Pero él sigue impertérrito dejando pasar el tiempo, comiendo hamburguesas y bebiendo Coca-Cola hasta la próxima.

Una cosa así nunca debió llegar a la Casa Blanca. Pone a la Ámerica profunda ante su propio espejo, les da voz y protagonismo hasta el punto de que probablemente lo reelijan, mantengan esa desgracia para USA y para el mundo.

 

 

COLAS

 

Las llamadas “Colas del hambre” son un triste fenómeno creciente, el indicador socioeconómico mas negativo de la pospandemia. No las componen los indigentes callejeros ni individuos con algún tipo de adicción que acaban marginados.

Son personas que hasta ayer tenían alguna fuente de ingresos y la han perdido. Como no sobran precisamente puestos de trabajo, su paro se prolonga y hay que comer todos los días.

Gentes resignadas, cabizbajas, con pocos motivos para el optimismo, componen una imagen lacerante (no para ellos sino para nosotros).

Todavía no se ha oído a los sedicentes rojos que nos cogobiernan un gesto de apoyo a las Instituciones que ofrecen estos alimentos, más bien parecen dispuestos a “nacionalizar” Cáritas, Cruz Roja, Jesús Abandonado, etc y criticar a la Iglesia Católica por esta labor tan solidaria.

Hay que esforzarse para que sólo veamos colas de acceso a un estadio o a un concierto.

 

 

EL FILÓSOFO ILLA

 

Un profesor de Filosofía está obligado a explicar todas las doctrinas filosóficas y a todos sus autores, pero nada lo priva de tener sus predilecciones e identificarse con unos más que con otros.

Parece claro que Salvador Illa, ministro de Sanidad a la sazón, no siente ninguna simpatía por Pitágoras y sus discípulos. Los números eran de trascendental importancia para el filósofo presocrático y carecen de significado para el ministro. Hasta eso resulta discutible en este Gobierno. Y ahí lo tenemos, con la inestimable ayuda del melifluo Simón, ofreciendo un espectáculo bochornoso en torno a la cifra de fallecidos por Covid-19.

Parece que rebajando la cantidad quisiera encubrir la torpe gestión del Ejecutivo. Su enredo con los números de la pandemia es más difícil de entender que el más abstruso de los problemas en la Historia de la Filosofía.