La palabra no existirá, pero a mí me viene bien (“geras” significaba vejez). Se queda entre la eugenesia y la eutanasia y se trata de que esa época de la vida transcurra plácidamente. Justo lo contrario de lo que la pandemia nos ha mostrado en las residencias de ancianos, esos submundos de terror de donde han salido las cifras más altas de fallecidos.
Habrá que crear una comisión de verdad, no de esas inútiles que abundan, que aborde todos los temas relacionados con estos Centros, públicos o privados, la información a familiares, la transparencia y, sobre todo, una eficaz asistencia médica.
También hemos visto hospitales aplicando sus particulares criterios de selección natural. Para Darwin no era más apto un cretino, vago o pervertido de 40 años que un médico, profesor, magistrado o trabajador jubilado de 70.
La población envejecerá cada vez más y merece un trato más respetuoso.
Lleva cuatro meses llenándonos de dolor y muerte. Vivimos con un nivel de desarrollo biotecnológico impensable hace pocos años.
Y a pesar de eso es más lo que se ignora que lo que se sabe del Covid-19. Un experto biólogo: “No se ha demostrado nada de lo que se dijo sobre su origen”, “es difícil de controlar porque una persona puede estar dos semanas sin síntomas pero contagiando a otros”, “es un virus nuevo y sorprendente, más contagioso y transmisible”.
Tampoco sabemos si hay predisposición genética a contraerlo; si será sensible a cambios de temperatura como el de la gripe; si una vez superado, los anticuerpos garantizan la inmunidad; por qué los menores apenas muestran síntomas aunque pueden ser “grandes contagiadores”… y la gran duda :¿Nos dejará vivos y/o nos permitirá recuperar una vida normal?
Nos ha enseñado nuestra debilidad pese a que estamos en la cima de la escala evolutiva.
Hay una iconografía clásica que muestra al calzonazos de Adán expulsado del paraíso y desnudo, cubriendo sus partes pudendas con una hoja de parra (supongo que no tenía a mano una de higuera).
En pleno estado de alarma, cuando por deméritos propios en las gestión de la pandemia Pedro Sánchez exhibe su desnudez, cuando lo abandonan quienes lo apoyaron, llega Cs y le ofrece su hoja de parra (los mercenarios del PNV hacen lo que suelen, venderse)Es un gesto político que sorprende porque nunca han obtenido un buen trato o una mínima atención por parte del PSOE. Debe ser una reacción de compensación por la torpeza de Rivera en Abril-19 al negarse a formar gobierno y ahora Arrimadas como nueva presidenta pretende marcar un espacio más “centrado”. Supongo que piensa que este gesto se traducirá en apoyo electoral. Yo tengo mis dudas.
Con Iván Redondo aparece en política el gran mercenario, el que ofrece sus servicios al mejor postor; tiene un par de éxitos y Sánchez lo convierte en su factótum con más poder que cualquier ministro. Aconsejó ese totum revolutum que ganó la moción de censura y dio lugar al actual gobierno, bicéfalo y disfuncional.
Explotó a fondo la foto de la Plaza de Colón con PP, Cs y VOX, sabedor de que en la España que padeció a Franco aún vende el miedo a posibles retornos.
Ahora le dice a su jefe que pida lo que nunca ofreció, unidad y lealtad y si se la niega el PP que los culpe del aumento de muertes por Covid-19.
Cuenta con la ventaja de que su “asesorado” se presta a todo al carecer de principios y criterios; es arcilla moldeable, Galatea ávida de Pigmalión.
La ministra Montero, la más roja de las dos, la de la casta y la urbanización de lujo, ya ha captado la enseñanza esencial de la crisis sanitaria, ha notado que se habla de médicos (en masculino) y enfermeras (en femenino) lo cual le parece profundamente injusto, herencia del heteropatriarcado, casi crimen de lesa igualdad.
Pondrá a trabajar a esa legión de paniaguadas secretarias, directoras y asesoras que paga con nuestros impuestos para subsanar ese desaguisado. De paso, les encargará que vayan trabajando, o sea, haciendo declaraciones y pancartas para que no se hable de “la crisis” en femenino porque se crea una asociación negativa, que se vaya difundiendo “el crisis”.
Y así, poco a poco, cumple su trascendental función; nos pedirá paciencia porque la revolución no se hace en un día y la hipoteca es cuantiosa, requiere tiempo.
Se puede concluir que una pandemia es, en último término, consecuencia de nuestro modo de vida.
El Covid-19 con su cosecha de sufrimiento y muerte podría marcar perfectamente un punto de inflexión para que nos replanteásemos muchos de nuestros hábitos y tendencias. Porque, además, la gran amenaza latente es el cambio climático y sus consecuencias.
Moderar consumos, disminuir movimientos poblacionales, potenciar energías renovables, etc. sería suficiente para cambiar el modo de producir y distribuir los recursos buscando la recuperación de un equilibrio perdido y cada vez más alterado.
Las señales son claras y abundantes, nunca podremos alegar ignorancia, tenerlas en cuenta o no es decisión nuestra. La reflexión es obligatoria y debemos hacerla como especie conocedora de lo fueron la cosmogénesis y la biogénesis, consciente de su función en el planeta, de su fortaleza y de su debilidad.
Yo creo que a esta altura lamentará haber aceptado formar parte del Ejecutivo por el cupo catalán.
El estado de alarma lleva a centralizar las competencias autonómicas de sanidad y lo convierte en el brazo ejecutor de este bicéfalo e incompetente Gobierno, o sea, que se traga la improvisación, los fallos y el maquillaje de la estadística letal que están mostrando.
Por si fuera poco, ahora se descubre material sanitario defectuoso que ha puesto vidas en peligro comprado con la intervención de algún alto cargo socialista.
Cuando se acaben los tests serológicos habrá que hacer un test de corrupción para ver lo que se esconde tras muchas compras y adjudicaciones. La emergencia favorece el oscurantismo y las prisas.
Él será ajeno, pero es el ministro; el sentido del decoro y la dignidad deberían conducirlo a la dimisión, aunque sería una cobardía hacerlo en estos momentos.
Nunca pensé que oiría en Lorca una conferencia sobre Manuel Azaña dada por una sobrina suya que, además, residió aquí y fue alumna de mi Instituto.
Su tío criticó a Alfonso XIII por aprobar el golpe de Primo de Rivera en 1923 y, junto con otros, logró que se asociasen Monarquía-Dictadura y Democracia-República. Esta se proclamó en el 31, con enemigos letales desde su nacimiento que pronto la aniquilarían. Pero nos mostró una generación brillante de políticos, pedagogos, médicos, científicos, hombres de letras, etc, que habrían alumbrado una España muy diferente.
Ahora pululan por ahí algunos que se dicen nostálgicos republicanos y erosionan la Monarquía atacando a Felipe VI. Pero hay extrapolaciones imposibles.
Hoy basta con pensar que sus protagonistas serían el rojo de la Navata, Echenique, Garzón, Rufián Torra, Otegi y otros para desear una monarquía absoluta o cualquier cosa que alejara esa posibilidad.
El comportamiento del Gobierno español con las diferentes religiones es sorprendente. Hay indicios suficientes de que se practica un trato de favor al Islam en detrimento del catolicismo.
Se lamenta la muerte de un musulmán pero no se guarda luto por las de decenas de miles de españoles. El Ministerio de Exteriores felicita el Ramadán pero calla ante la pascua de Resurrección. Se celebran rezos islámicos en la calle (Tarragona) pero se interrumpe y prohíbe una misa en una parroquia de Madrid o se desaloja a los pocos fieles que había en la catedral de Granada.
Y eso en un país mayoritariamente católico, como dice la Constitución. Se vulnera un laicismo que exigiría exquisita neutralidad ante las confesiones.
O es que lo consideran progre o intentan congraciarse con los hermanos musulmanes en previsión de que nos hagan alguno de sus regalos.
Los norteamericanos muestran comportamientos curiosos y diferenciales, para bien y para mal.
Ante la pandemia son reacios a cualquier tipo de confinamiento, asumen el riesgo de contagio, pero no renuncian a sus hábitos y libertad de movimientos; se sienten como los caballos cimarrones que no domaron en la colonización.
Representan bien ese liberalismo que siempre resaltará la prevalencia del individuo frente al Estado y sus instituciones, que justifica, por ejemplo, su derecho al uso de armas en defensa de la propiedad y la seguridad.
Y esto no lo hacen porque sean gentes cultas enzarzadas en debates ideológicos sino porque pervive en ellos el espíritu de la conquista que los llevó a convertirse en nación.
El pollino de la Casa Blanca está privado con este sustrato socio cultural que es a fin de cuentas el que le dio y le mantendrá la presidencia.
El Blog pretende ser un espacio abierto a la reflexión interactiva, propiciar un intercambio de puntos de vista, de valoraciones. La temática es abierta, pluridisciplinar y combina microartículos (en torno a 100 palabras) con otros más extensos.